Autobiografía lectora Ivo Gnocchini

Recuerdo
Desde muy pequeño recuerdo libros a mi alrededor. Recuerdo que mi madre siempre me leía un libro por día, pero siempre terminamos un par más,  porque quería seguir escuchando sobre esos mundos imaginarios, que para mi en ese entonces ilustraban la completa realidad, un mundo en donde dragones y robots convivían a diario. 
Los primero libros que sostuve y leí eran los que generalmente utilizan los niños para aprender a leer, el típico “juego de palabras” junto con dibujos para que el niño/a pueda comprender, aunque sea un poco, de lo que le querían hablar. A la vez que escribo esto, se me vienen a la cabeza aquellos momentos en los que mi familia me llevaba a la feria del libro y me pasaba horas recorriendo los distintos stands y sentarme a leer libros que generalmente hablaban de robots o las aventuras de niños en sus mundos imaginarios.
 El primer título que recuerdo haber leído, por mi cuenta, fue “Teo y su familia”, recuerdo haberlo visto en una librería cerca de mi casa y les pedí a mis papas si me lo podía llevar, ellos accedieron y me pase toda la tarde alucinado con mi primer libro.  Con el paso del tiempo apareció en mi vida María Elena Walsh junto con sus grandes títulos, como por ejemplo “Dailan Kifki” el cual recuerdo haberlo leído allá por primer grado. Recuerdo que aproximadamente en cuarto grado llegó al colegio Diego, quien fue mi profesor favorito de toda la primaria, porque además de solo ser el docente que estaba sentado en un banco dictando la lección, también era un amigo más y siempre nos traía cosas novedosas  e interesantes. Durante mi primaria pude leer una gran variedad de libros, de todos los géneros, pero hubo uno que me dejó alucinado, se trataba de “El camino de Sherlock”, no recuerdo con exactitud qué era lo que me gustó de aquel libro, pero mientras más avanzaban las páginas de este, no quería que acabe nunca. Afortunadamente tuve la oportunidad de conocer a la autora de este libro, fue a nuestro colegio y nos dio una charla un poco sobre su vida pero o estaba esperando con ansias al momento final de la misma para que mi libro sea firmado por esa grandiosa mujer que había logrado que, aunque sea por un bimestre, me entusiasmara leer un rato al día. 
Al llegar a la secundaria, mi pasión por la lectura se fue desvaneciendo lentamente, ya no me dedicaba tanto al hecho de tener un momento al día para mí, sino que gran parte de este se lo dedicaba al colegio porque tenáa miedo de la secundaria pero, evidentemente, me fui adaptando con el paso de los años. Recuerdo que antes del 2017 me dedicaba a leer un libro al mes aunque sea, ahora ni siquiera recuerdo lo que es la sensación de que un libro te guste, a tal modo como lo logró “El camino de Sherlock”. Siempre que tengo tiempo libre, ya sea desde estar en mi casa o viajando en colectivo, intento leer un poco para poder “oxigenar” mi mente de todas las cosas cotidianas que debía hacer, como el colegio u otras cosas. 
En las vacaciones de verano del 2019, un amigo y yo, nos fuimos de vacaciones a la costa junto con su familia. Allí pasamos momentos únicos que nunca olvidaré, pero recuerdo que uno de esos días era el famoso día de reyes, su padre se acercó y me diò un libro, se llamaba “Terapia” de Sebastian Fitzek. Durante los primeros días comencé a pasar las páginas e introducirme en la historia, pero creo que la ilusión de estar de vacaciones con un amigo me consumió por completo dejando de lado la lectura.
Actualmente siempre que intento leer busco los policiales, me atrae demasiado la atención todo el proceso que se desarrolla durante la trama y su respectivo desenlace.  No se si se considerara lectura como tal, pero lo que siempre estoy al tanto me informo siempre que puedo de la mano de los periódicos e informativos mundiales. Por lo general siempre suelo leer de las páginas de Internet, pero también me gusta ir de hoja en hoja de los diarios tomando un café con leche. Podría decir que le momento que encuentro para leer es cuando no tengo tareas y cuando estoy rumbo hacia un lugar, pero en este contexto siempre estoy al tanto de lo que pasa. Me gusta leer periódicos en varios idiomas, no solo para practicar y aprender de ellos, más bien para conocer otras perspectivas. 

En la biblioteca de mi habitación no se van a encontrar con nada por dos puntos, uno como bien mencione, no soy encuentro los momentos para sentarme a leer ademas de que prefiero la lectura digital, y dos porque no tengo espacio en mi habitación :). No tengo un autor favorito, siempre que puedo intento variar y nunca quedarme con un solo tipo de escritura. Como detalle me gustaría hablar sobre la lectura en la escuela, me parece sumamente correcto que nos hagan leer textos en el colegio, pero sugeriría que estos nos ayuden a desarrollar nuestras ideas y aumentar nuestra creatividad para poder prosperar como estudiante y como persona, porque hay veces que desde mi punto de vista, la lectura se me torna pesada, pero si se tratasen de cosas más “reales” creo que a ese alumno le llamaría más la atención la lectura y pasaría de tomarse la lectura del colegio como una obligación, a un pasatiempo para desconectarse de la realidad y explorar por sus propios medios los distintos géneros literarios.

Comentarios

  1. Lo que leímos, el momento y el lugar en que lo hicimos, el recuerdo de esa lectura, dibuja también la propia historia. Cuando los libros están con nosotros desde la infancia, cuando hemos armado un vínculo amoroso con ellos, sutil manera de reeditar el amor de quienes nos los acercaron, leer es entretenimiento y, además, una tarea fascinante, provocadora, apasionante y, muchas veces, reveladora de nosotros mismos. Paradójicamente, la distracción atrae hacia sí al que quiere alejarse yéndose a ese mundo imaginario, donde termina por encontrarse.
    Me encantaría entender tu reclamo de "cosas más reales" en las lecturas escolares. La idea es la variedad, porque la diversidad nos identifica y da sentido a que encuentren propuestas diferentes para entrenarse en los modos de leer, que son muchos.
    Gracias por compartir este retacito de tu historia.

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