El destino esperado - Lucas Bernath

El café ya está frío, y la biblioteca cerrará pronto se acordó Clara mientras seguía pensando qué destino turístico le tocaría conocer. Guardo los libros y devolvió la taza, la fila del colectivo era larguísima y no llegaría a cenar a horario con su mamá, decidió caminar. Vivían en un departamento de un ambiente en Villa Urquiza, a veinte cuadras de la biblioteca donde Clara se pasaba horas leyendo folletos e historias de viajes, esperando encontrar ese lugar que le atraiga por completo y romper el chanchito que tanto estaba durando, necesitaba conectarse con ella misma.  Leía e investigaba luego de estar el turno de la mañana completo trabajando como moza y escuchando las conversaciones de sus clientes en sus viajes maravillosos.

Al llegar la madre estaba con dos platos en la mesa y una receta nueva que había visto en la televisión, era muy atractiva. Le agarro mucha curiosidad y al probarlo le encanto, le contó que es un plato tradicional de Perú. Su ansiedad no podía aguantar más, sin dudar agarro la computadora y sacó un pasaje a Lima. Clara sabía que ahí iba a encontrar ese lugar.

A la madre le agarró por sorpresa, pero la dejo ir sin ninguna duda. Lo que no sabía era que se iba por un tiempo indeterminado.

Clara aprovechó los momentos que le quedaban para poder desconectarse con todo, de sus amigos que igualmente eran dos pero al fin y al cabo era lo mejor que tenía,  y de sus espacios más íntimos como la biblioteca y sus historias. Quería empezar a crear la suya desde un lugar totalmente distinto donde no tenía afectos, ni motivaciones. Necesitaba encontrar un mundo nuevo donde pueda cambiar sus ideas y su manera de pensar.

La hora había llegado, el despertador no paraba de sonar y las valijas estaban listas. Se despidió de su madre y  subió al remis, todo empezaba a cambiar. Llegó al aeropuerto y veía cómo despegaba cada avión, cómo cada persona comenzaba un nuevo capítulo en su historia. Le tocó en la ventanilla y sus piernas temblaban, nunca había visto un avión por dentro y menos que menos las nubes.

Casi cuatro horas duró el viaje, leyó un libro que se llevó, durmió y miro mucho por la ventanilla. Al pisar las tierras de Lima  se sentía otra persona, salió del aeropuerto y un chófer con un cartel que decía Clara la esperaba para dejarla en su hotel. Era un lugar ni muy barato ni muy caro. La comida del hotel mucho no le gusto pero eso no era lo importante, ya que su objetivo no era quedarse ahí sino que encontrar el lugar que más le atraiga y se sienta ella misma. 

A la mañana siguiente se despertó y se sentó a esperar en la puerta la combi con la que haría el tour y conocería todo. Llegó a las diez de la mañana y habían tres personas más, una con su hijita y los otros parecían ser unos mochileros. El primer destino fue Machu Picchu, un lugar mágico que le encanto,lo que más le gustó fueron todas las construcciones en las montañas y comió carne de llama cosa que no le gusto mucho. Aunque se quedó fascinada con el lugar decidió seguir ya que había mucho más por conocer. Se subió nuevamente a la combi y todos los que estaban seguían en el camino. Estuvieron como dos horas hasta que llegaron a Cusco, una ciudad de los Andes peruanos que fue la capital del Imperio Inca algo que a Clara le intrigo mucho y quizá conocer más. Se quedaron toda la tarde conociendo un poco de sus restos arqueológicos y su arquitectura colonial española. Le pareció todo muy interesante, de a poco empezó a incorporar la cultura de ellos, le encantaba. El día estaba terminando y se tuvieron que hospedarse en unas cabañas cerca de ahí para dormir y a la mañana siguiente salir bien temprano. Ya eran las nueve en punto y el sol brillaba, la combi ya estaba esperando para partir. Siguieron camino hasta Tititaka un lago que se extiende por la frontera entre Perú y Bolivia en la cordillera de los Andes y es uno de los lagos más grandes de Sudamérica. Clara no lo podía creer en dónde estaba, cada vez se sentía más cerca de su destino, más a a la tarde llegaron de sorpresa a un lugar que no estaba en los planes.  El lago humantay, era un lugar fantástico, en donde las nubes chocaban con las montañas y el color del agua era cristalina. Clara se sintió nueva, con otro aire. Era el lugar, empezó a investigar más y consigo una cabaña cerca de ahí para quedarse.

Luego de tres meses ya estaba viviendo algo totalmente distinto a lo de antes, se hizo nuevos amigos y conoció mucho. Además empezó a trabajar en un lugar de artesanías, le encantaba. Pero lo que no consigo fueron afectos, llegó el momento en el que  ahí se preguntó si era muy necesario quedarse ahí o volver páginas para atrás.