Nube poética- Ivo Gnocchini

Nube poética

Era un día normal en la vida de Honorio, se encontraba en el colectivo rumbo a su hogar, luego de una larga jornada de estudio en la biblioteca de la universidad. Con el pasar de las calles recuerda que tomó un libro que le había llamado la atención, este se hacía llamar “¿Sigues ahí?” el cual expresaba el arte de la poesía; comenzó a hojear las primeras páginas y pensó que no le tomaría mucho tiempo leerlo más allá de que le gustaba la temática del mismo. Él quedó alucinado del juego de palabras que utilizaba para describir el momento, mismo que él se sentía dentro del libro, con el pasar de las hojas se introducía cada vez más y más en la trama hasta tal punto que se imaginaba al pie de la letra lo que  narraba aquel texto. 
De repente todo se detiene, el colectivo deja de funcionar, las personas permanecen rígidas como estatuas de museo y el entorno parece desvanecerse, lo único con vida parecía ser Honorio. Comienza a desplazarse por lo largo del colectivo intentando descifrar qué pasaba, el tiempo no existía, pero él no encontraba respuesta alguna para aquella situación completamente inusual, pero lo único que conservaba era aquel libro que tanto lo entretuvo por un largo tiempo. Un poco preocupado, decide continuar con su lectura, para calmarse,y seguir embarcandose en aquella aventura que comenzó hace un rato.
Al pasar cada página se deslumbra con el alto nivel poético que dominaba ese libro por lo que decide indagar, mirando en la tapa del libro, quién era ese talentoso poeta. Al cerrarlo se dá cuenta de que este no aparece en ningún lado, revisa en la parte trasera, dentro de este, pero no hay ningún rastro de la persona que escribió dicho libro; mientras más avanza de página comienza a notar que poco a poco su entorno se torna de tonos más claros y los objetos y las personas comienzan a desaparecer lentamente dejándolo en una especie de nube de tonos cálidos sin nadie a su lado, como si estuviera levitando en el cielo sin poder ver nada tangible a sus lados, solo había espacio vacío, pero decide continuar leyendo para ver qué sería lo próximo que le depararía el destino. 
Luego de unos largos minutos de lectura, comienza a notar que las páginas que continuaban se encontraban en blanco, confundido intenta buscar alguna explicación a las misas, preguntándose ¿porque dejarían hojas en blanco? ¿con qué fin?, ya sin saber que hacer comienza a cuestionar todos los acontecimientos sucedidos hasta ese entonces e intentar encontrarles una explicación concreta a los mismos. De repente a lo lejos comienza a verse un objeto negro y largo, con cierta intriga espera a que este se acercara más para poder comprender al completo aquella sombra. El objeto misterioso era una pluma, pensando en su aburrimiento emprende una travesía en el libro, siguiendo su temática, procede a redactar poemas sin pensar en el tiempo, ya que este no había de qué preocuparse, escribía párrafo por párrafo con tal dedicación que se olvidó por completo del entorno y simplemente expresaba lo que le sucedía en aquellas páginas vacías durante un largo tiempo. Tan introducido en la escritura no se dio cuenta de que aquel cálido ambiente se había desvanecido de modo tal que ya parecía una noche de invierno, oscura y friolenta. El temor lo consumía, de pasar a estar en sus mambos todo eso se tornó “tétrico”. Apenas observando el horizonte opaco, se aferra a sus poemas para evitar entrar en una desesperación imparable sin saber qué hacer.
Poco después puede apreciar una luz a lo lejos, esta era intermitente y se escuchaban voces detrás, esta cada vez se acercaba más y más hasta que lo único que podía hacer era esperar lo peor mientras su vista se borronea. Un señor de camisa se le acerca y le pregunta por que se encontraba aún en el asiento del colectivo, desconcertado acude al silencio y a estar cabizbajo con su mochila en mano. Le indican que se retire y que esto no vuelva a suceder, sino tendría consecuencias graves. Sin una palabra, y la situación que no favorecía se dirige hacia la salida del estacionamiento de los colectivos. Revuelve su mochila y se encuentra con el libro, decide revisar con exaltación que sucedió con el mismo, logra apreciar que este se había tornado de tapa dura y no más de 150 páginas, lo indaga a fondo y ve que están impresas las poesías que había escrito durante su extraña travesía en aquel mundo de fantasía. Extrañado de la situación le pregunta al señor, que había pasado todo este tiempo a lo que este le responde que se había quedado dormido con el libro en la cara en el bus durante todo el camino hasta el final del recorrido, y que parecía estar en un mundo completamente distinto, pero cada tanto le preguntaban “¿estás ahí?” pero no había respuesta alguna, sólo se observaba su mano como si trazara líneas imaginarias.

Arribando a su casa lee que el autor era él, sorprendido y con intriga entra a su departamento, prende las luces y ve que a lo largo del salón había libros a su nombre con varios reconocimientos literarios. Se había olvidado que era un reconocido.







Comentarios

  1. Ivo, la idea es atractiva pero necesita ser reescrita para que se luzca como merece. No es fácil hacer un relato extraño, lograr ese vaivén entre lo natural y lo sobrenatural, y crear una lógica propia para el universo inventado, que es lo que no aparece en tu relato. El protagonista se mueve entre lo que parecerían dos planos: el del sueño y el de la vigilia, aunque el paso de uno a otro sea increíble por como se lo presenta; sin embargo, irrumpe su nombre en la tapa del libro y, para sumar más desconcierto, al llegar a su casa descubre que es escritor de muchos otros. Así, los hechos suceden sin que pueda encontrarse esa lógica que permite aceptarlos: falla la construcción de verosimilitud.
    Es un error afirmar que "se imaginaba al pie de la letra lo que narraba aquel texto": está leyendo poesía que carece de trama y narrador.
    Rever uso de vocabulario, tiempos verbales, puntuación, construcción de párrafos y oraciones.
    Espero que no te desanimes con todo lo que te señalé y ojalá tengas las ganas y el entusiasmo para reescribirlo, porque a escribir se aprende escribiendo. Este es el desafío, por eso
    ¡Buen trabajo!

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