Corre, poeta oculto- Coroleu Lola


Chico adolescente leyendo en la biblioteca tranquila | Foto Gratis




  ¿Por qué me siento de esta manera? ¿No puedo simplemente disfrutar y no preocuparme por tonterías?
 Eran aquellas las preguntas que atacaban mis más profundos pensamientos al encontrarme allí sentado, leyendo ese libro de poesías
No me importaba en absoluto la mentira que había llevado a cabo hace unos instantes, diciéndole al profesor la excusa de que me dirigía al baño. Cuando, en realidad, me encontraba aquí.
La verdad es que, hace tiempo que vengo sintiéndome de esta manera. A veces pienso que no me conozco en nada a mí mismo.
Sin embargo, ellos sí me conocen, pensaba una y otra vez. Todas las personas que se encuentran a mi alrededor, dicen a mis espaldas que soy una persona muy “buena onda”, o se acercan, preguntando como ando, dándome palmaditas en la espalda.
 Siempre está ella, me acorde, sentada delante de todo, en una esquina. Cuando creo estar prestando atención a lo que dice el profesor, siempre está presente su mirada. Pero bajo ningún término podía animarme a hablarle. Por lo menos, eso me decían mis amigos.
Eran demasiados pensamientos y emociones para un solo momento. Así que, simplemente me encontraba sumergido en mis emociones más profundas cada vez que leía una poesía de aquel libro.
 De repente leí algo que, logró sobresaltarme de tal manera, que me puse de pie de un salto.

“Poeta ayer, hoy triste y pobre
filósofo trasnochado,
tengo en monedas de cobre
el oro de ayer cambiado.”

No me había puesto a pensar en aquello nunca. No había llegado nunca a la conclusión de que este momento que me encontraba vivenciando, algún día iba a encontrarse tan solo en mis recuerdos.
No quería seguir la carrera universitaria de mis padres, no me importaba realmente caerle bien a aquellas personas y quería, con todas mis ganas, hablarle a ella.

“Suspiremos en silencio
lo que siempre callamos a gritos”

Estaba comenzando a sentir un gran temor que invadía todo mi cuerpo. ¿ Y si todos estos pensamientos eran tan solo un error?
Cualquier persona podría decirme que estoy viviendo la mejor etapa de mi vida de maravilla. Porque lo tenía todo.
Pero al seguir leyendo esas palabras que se adueñaban de mis más profundos pensamientos, me encontraba consciente de que en realidad no tenía absolutamente nada. De que en realidad, rodeado de tantas personas y oportunidades me encontraba solo, y completamente perdido.
Al tener esos nuevos pensamientos en mi cabeza, sentía como aumentaba el pulso de mi corazón cada vez más rápido.
 Esas nuevas emociones que comenzaron a recorrer mi cuerpo, fueron el impulso para que comenzara a trotar, en la biblioteca, con el libro en la mano, dirigiéndome hacia la salida.
 Esas emociones, fueron el impulso de que comenzara a correr con todas mis ganas, como si realmente nunca hubiera corrido.
 Abrí la puerta, y me encontré con mis amigos preocupados afuera, buscándome por los pasillos, claro que en la biblioteca no podría de estar.
 Se quedaron perplejos cuando me vieron asomarme por la puerta de dicho lugar. Pero eso no me importó, yo solo quería… Y ahí estaba ella, sola, leyendo un libro al final del pasillo.
 Comencé a sentir las manos sobre mis hombros, las manos preocupadas de las personas que me consideraban un tipo agradable. No escuche sus voces, solo tenía una en mi cabeza que repetía una y otra vez parte de la poesía que se encontraba en el libro que llevaba en mi mano.

“Amor que el tiempo no disuelve,
se alimenta de nostalgia del pasado,
y se alimenta de los sueños que vivimos,
que sentimos con pasión de enamorado”.

Comencé a correr nuevamente con todas mis fuerzas. Estaba seguro de no había vivido nada, de que todo giraba en torno a mi reputación o la manera en que quería que la gente me viera.
Llegué, me encontré mirándola, apreciando la manera en que leía su libro. Cuando al fin se dio cuenta de mi llegada, y decidió mirarme, una sonrisa sincera comenzó a dibujarse en su rostro. Pero no era una sonrisa como las que había visto hasta ahora, esta parecía ser de esas que duran un solo instante, pero que de alguna manera se quedan en vos para siempre.
Fue de esa manera, como unas simples palabras escritas, me permitieron conocerla, enamorarme de ella y haber tenido la suerte de escuchar cómo me susurraba en el odio:
“Te amo Valentín”

Comentarios

  1. Lola, una idea interesante que necesita reescritura para llegar a ser excelente. La historia no logra conmover como podría porque los hechos se presentan de tal manera que resultan algo previsibles y no lográs dar con el tono adecuado. Predomina el decir sobre el narrar: se menciona lo que sucedió o sucede pero no se hace que los hechos sucedan porque faltan indicios y una selección de vocabulario atenta a la intencionalidad estética. Queda pendiente la Literaturidad.
    Cuesta ver en los poemas que se citan, la fuerza del impulso que moviliza a este lector adolescente.
    Revisar puntuación y construcción de párrafos.
    ¡Buen trabajo!

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

"Amor añejo" - Lucas del Rio

Autobiografía lectora - Helena Trindade

El papel de helicópteros - Lola Dávila

Autobiografía Lectora de Guadalupe Rodríguez

"Otoño regresivo" - Fermín Theodossiou

El destino esperado - Lucas Bernath

Hojas rotas - Luciana Mattia

Olvidar la memoria - Helena Trindade

Nube poética- Ivo Gnocchini

Madre e hija unidas Amanda Smith