Autobiografía lectora de Luciana Mattia


Libros que me escribieron


De chica me gustaba mucho que me leyeran. Cuando tenía unos cinco años mi mamá pegó en mi puerta la figura del tronco de un árbol y le agregábamos una hoja por cada libro que leía/me leían. En poco tiempo las ramas se fueron poblando.
Ese mismo año en el jardín las maestras nos ayudaron a leer “Dailan Kifki” de María Elena Walsh. Me acuerdo de lo mucho que me gustaba ese libro y de las ganas que sentía de leerlo siempre. Leí otros libros de María Elena por esa época como “La nube traicionera” o “Chaucha y Palito”. Eran mis elecciones preferidas.
A los siete me regalaron El Principito. Mi mamá me dijo que te llevabas algo distinto del libro cada vez que lo leías a medida que crecías. Ese concepto no me entró mucho en la cabeza en ese momento, no lo entendía. Cuando lo leí me sentí completamente indiferente, el libro no me significó nada y a quiénes me preguntaban que me había parecido les decía que estaba bueno para no desafiar a esa masa de gente que lo amaba. En 2018 me dispuse a leerlo nuevamente. Lo hice en una sentada y me llegó mucho. Desde ese momento es uno de mis libros favoritos. Creo que solo me faltaba un poco de perspectiva. Si bien creo que todos los libros nos pueden significar cosas distintas en diferentes momentos, este me marcó profundamente y por eso lo considero tan importante.
En el primario sacaba de la biblioteca muchos libros marcados con la cinta de embalar roja que (si mal no recuerdo) simbolizaban a los de aventura. Me gustaría haber anotado los nombres porque honestamente no los recuerdo, pero sé que me encantaban y me llevaba uno atrás del otro hasta que los había leído todos.
De todas formas, por 4to y 5to grado leí las sagas de Caídos del Mapa y Harry Potter y fueron el punto de inflexión. Leer fue mi pasatiempo predilecto por muchísimo tiempo. Mayoritariamente leía literatura juvenil, las típicas distopias de adolescentes que salvan el mundo de la barbarie y el caos y mientras tanto son capaces de tener una historia romántica empalagosa.
Todas mis amigas leían este tipo de libros y era muy común que lo hagamos al mismo tiempo, compartiendo lo que pensábamos en simultáneo. Desde ese momento la lectura siempre fue algo que compartí con mis amigas más cercanas. Nos hacemos recomendaciones, discutimos opiniones y siempre vamos a las ferias del libro juntas, ya sea a charlas de diferentes autores o simplemente a recorrer y comprar.
Comencé a marcar los libros por esta época, con post-it’s para destacar frases, páginas o capítulos y anotando en lápiz pensamientos o reacciones. Hace que mi experiencia de lectura sea mucho más completa. Me gusta mucho intercambiar libros con una persona que también lo hace. Las intervenciones que hizo en el texto te permiten ver la historia de una forma diferente y conocerles más a través de lo que consideraron movilizante. Uno de los libros que más marqué fue “Un monstruo viene a verme” de Patrick Ness. Es uno de mis libros favoritos el cual no me canso de recomendar.
Otra costumbre que tengo al comenzar un libro es la de leer la última oración antes que nada. Algunas veces esto me fue contraproducente y me adelantó la historia pero no puedo evitarlo y sigo haciéndolo de todas formas.
Leo mayoritariamente en español pero hace unos años empecé a intentar hacerlo en inglés con cuentos infantiles e historias cortas. Hoy en día ya leí varios libros en esa lengua e intento conseguir las obras en este idioma si inicialmente fueron publicados así. Espero algún día poder hacer lo mismo con el francés.
Cuando empecé el secundario dejé de leer tanto porque sentía que intervenía con las tareas que tenía que hacer o lo que tenía que estudiar así que leía muy poco y en cierre de trimestre directamente no lo hacía. El año pasado intenté evitar esto y en los viajes en colectivo o subte leía un poco. Igualmente, siempre que teníamos que leer algo obligatoriamente terminaba abandonando mis lecturas por las que me eran asignadas. Sigo haciendo esto, no puedo leer dos libros a la vez y sacar de los dos la experiencia que me gustaría tener. A pesar de haber descubierto libros muy buenos con la lectura obligatoria como “Los ojos del perro siberiano” de Antonio Santa Ana, me frustra mucho tener que dejar de lado lecturas que ya había comenzado.
La lectura es algo que me acompañó durante toda mi vida, algo que aprecio mucho y que amo hacer a pesar de que en este momento no le esté dedicando el tiempo que me gustaría. Sentirse atrapada por un libro es una de las sensaciones más lindas que existen.

Comentarios

  1. Los que somos amantes de la literatura y desde la infancia hemos convivido con los libros fuimos descubriendo que leer no es pasatiempo o distracción, sino que ganamos tiempo, otras vidas, otros puntos de vista, una idea que no se nos había ocurrido. Cuando leemos y entramos a un mundo del que participamos emocional y reflexivamente, hay un compromiso con la palabra; es poner el cuerpo y salir transformado. Aunque leamos para alejarnos, terminamos por encontrarnos en esas vidas posibles que jugamos, porque leer termina en leerse.
    Cuando leemos en la escuela, el desafío está en equilibrar placer y deber. Entonces, nuestra tarea no debe originarse en el gusto de leer sino en el gusto y disfrute de aprender.
    Gracias por compartir.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

"Amor añejo" - Lucas del Rio

Autobiografía lectora - Helena Trindade

El papel de helicópteros - Lola Dávila

Autobiografía Lectora de Guadalupe Rodríguez

"Otoño regresivo" - Fermín Theodossiou

El destino esperado - Lucas Bernath

Hojas rotas - Luciana Mattia

Olvidar la memoria - Helena Trindade

Nube poética- Ivo Gnocchini

Madre e hija unidas Amanda Smith