Autobiografía lectora de Camila Zavala



Compartir para conocer

Leo desde que tengo memoria. Si bien cuando era más chica no leía tanto como lo hago ahora, siempre pedía que me recomendaran libros para leer porque todavía no tenía muy claro ni qué género me gustaba, ni tenía autores específicos a los que prefería leer. Leo porque gracias a los libros conozco, descubro, aprendo, siento, cambio, pienso, reflexiono, encuentro, comparto. Los libros me acompañan a donde voy. Hace unos años ya que en mi mochila de todos los días siempre llevo conmigo uno o dos libros. Es decir, a menos que me encuentre en algún lugar donde escuche a mucha gente hablando y me desconcentren conversaciones ajenas, no tengo algún lugar donde específico donde siempre lea, pero acostumbro a leer al aire libre o, en su defecto, cerca de alguna ventana, en un balcón, o en algún lugar donde reciba viento. A los libros los marco, siempre. Leo con un lápiz en la mano. Prefiero marcar con lápiz antes que con lapicera, aunque no tengo muy en claro por qué. Calculo que tendrá que ver con que si en algún momento vuelvo a leer ese libro y tengo ganas de borrar o eliminar ciertas marcas, pueda hacerlo de la manera más prolija posible.
No estoy segura de que sea el primer recuerdo que tengo con los libros, pero me acuerdo de uno que leí aproximadamente entre los doce y los trece años. El libro se llama Ramona. Y lo que me llama la atención hasta el día de hoy es que no recuerdo bien de qué se trata el libro, pero sí me acuerdo de la sensación que me produjo haberme tomado mi primera lectura en serio. Me acuerdo que la historia de Ramona me remontaba a momentos de mi vida y todo lo que me hacían reflexionar sus vivencias.
Así, a medida que pasaba el tiempo, de a poco comenzó a completarse una biblioteca en mi habitación, más bien chica, con menos de cinco libros. Y empezando a sumergirme en el mundo de la lectura, fui conociendo autores que definitivamente me marcaron y a su vez me incentivaron a seguir descubriendo, a ir más allá, a no cerrarme, a estar dispuesta a leer distintos géneros. En estos días estoy leyendo mucha poesía, y buscando nuevos autores me encontré con Idea Vilariño. Empecé a leer su poesía por Internet. No suelo leer a través del celular o la computadora, y la verdad que no me acostumbro todavía, prefiero tener el libro físico, pero mientras tanto, si tengo esa herramienta y me interesa leer algo en el momento, lo busco en Internet.
Hay dos libros, que están en mi estante de mis libros favoritos, que realmente fueron un antes y un después en mi vida. Son dos libros que necesito leerlos una y otra vez, y cada vez que los leo vuelvo a sentir lo mismo que sentí la primera vez que los leí, o quizás hasta me hacen sentir cosas nuevas. Son maravillosamente hermosos. Y lo que destaco es que los leí uno después del otro, y la verdad que no pude haber hecho mejor. Los leí en el momento justo de mi vida, a lo largo de todo el año pasado, año en el que leí mucho y conocí autores hermosos. El primer libro es Los días de Julián, de J. P. Salinas. Y el segundo es Ñeri, de Juan Solá. Son dos libros que recomiendo siempre, y ambos libros los conocí por recomendación. 
Cuando termino un libro, me tomo el tiempo que necesito para decidir cuál será el próximo que voy a leer, pero en el medio trato de no quedarme sin leer nada y leer quizás libros más cortos, o la mayoría de las veces, si no estaba leyendo un libro de poemas, leo poesía y descubro cosas maravillosas. Leer es parte de mi día a día, realmente, es más que un hábito, y es algo que disfruto mucho. Creo que la lectura une, la lectura permite compartir, y conocer. Y eso me atrae, mucho.

Comentarios

  1. Leyéndote, queda clarísimo que lectora no se nace sino que es una actividad que nos va haciendo a medida que leemos. Cuando desde la infancia hemos convivido con los libros, ya no podemos vivir sin ellos (aunque este amor quizás precisamente no se nos transmitió en el colegio), nos van marcando y llegan a convertirse en algo propio. Después de reír, llorar y trasnochar con las historias contadas por tantos autores sus experiencias se transforman en una parte importante de la propia vida.
    Recuperar con esta tarea algunos tramos de este recorrido es regresar al punto de partida para comprender cómo, para qué, porqué leemos; es descubrir que pensamiento y emoción van juntos y, entonces, leyendo me leo.

    Gracias por compartir.

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